Hoy pasó el párroco de nuestra comuna bendiciendo las casas de nuestra villa. Para esperarlo, cada familia debe colocar un pequeño altar en la entrada del hogar, y este es el que nosotros pusimos.
Estuvimos desde muy temprano con los niños esperando que viniera, comenzó la procesión a las 19:00 Hrs. pero eran tantas casas por las que tenía que pasar, que los niños se quedaron dormidos, agotados de tan larga espera.
Cuando pasó por nuestra casa eran ya casi las 22:00 hrs. y sólo Dianita se levantó a recibirlo, los mellizos (Christopher y Carolina), quedaron durmiendo; sin embargo, a pesar de lo tarde que era, el padre pasó a bendecirlos a sus propias cunitas, y como estaban en el segundo piso aprovechó de bendecir también las habitaciones. Lo bueno de haber sido los últimos bendecidos, es que mi esposo alcanzó a llegar de su trabajo, así es que estabamos los cinco para recibir la bendición. Fue larga la espera, pero al final valió la pena, pues fuimos privilegiados.
El mantel blanco lo hizo mi abuelita Cheña, fue un regalo que me hizo para mi matrimonio, es decir, hace 13 años, y lo uso sólo para ocasiones especiales. Hace ya dos años de su partida, y quise colocar este altar pensando en ella, pues el día 21 de septiembre hubiese estado de cumpleaños si aún estuviera con nosotros. También coloqué una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que fue un recuerdo que también me quedó de mi abuelita.
Estuvimos desde muy temprano con los niños esperando que viniera, comenzó la procesión a las 19:00 Hrs. pero eran tantas casas por las que tenía que pasar, que los niños se quedaron dormidos, agotados de tan larga espera.
Cuando pasó por nuestra casa eran ya casi las 22:00 hrs. y sólo Dianita se levantó a recibirlo, los mellizos (Christopher y Carolina), quedaron durmiendo; sin embargo, a pesar de lo tarde que era, el padre pasó a bendecirlos a sus propias cunitas, y como estaban en el segundo piso aprovechó de bendecir también las habitaciones. Lo bueno de haber sido los últimos bendecidos, es que mi esposo alcanzó a llegar de su trabajo, así es que estabamos los cinco para recibir la bendición. Fue larga la espera, pero al final valió la pena, pues fuimos privilegiados.
El mantel blanco lo hizo mi abuelita Cheña, fue un regalo que me hizo para mi matrimonio, es decir, hace 13 años, y lo uso sólo para ocasiones especiales. Hace ya dos años de su partida, y quise colocar este altar pensando en ella, pues el día 21 de septiembre hubiese estado de cumpleaños si aún estuviera con nosotros. También coloqué una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que fue un recuerdo que también me quedó de mi abuelita.
El candelabro que utilicé está confeccionado con papel vegetal.
Al final de la visita nos obsequiaron esta estampita, que se coloca en la puerta.
Y también nos obsequiaron este folleto, en donde aparece una oración para la bendición familiar.
2 comentarios:
me imagino la larga espera
pero valio la pena
muy emocionante y bonito
lo del mantel da un poco de pena todavia, pero de pensar que a todas nos hizo esos manteles tan bonito y que aun conservamos y los ocupamos en ocasiones especiales nos conforta un poco
la bendicion de vuestra casa ha sido algo muy valioso
que esten bien
violeta
Cecilia:
Tu esfuerzo y espera se vio enormemente recompensado con la bendicion para tu familia y tu hogar. Felicitaciones.
Besos,
Maru.
Publicar un comentario